LUDOPATÍA
Entendiendo mi adicción.
¿Qué pasa si juegas, apuestas, y
pierdes? ¿Juegas, apuestas, y pierdes? ¿Vuelves a jugar, apuestas, y pierdes de
nuevo?
La ludopatía es un trastorno en el que la persona se ve
obligada por una urgencia psicológicamente incontrolable a jugar y apostar de
forma persistente y progresiva, afectando de forma negativa a la vida personal,
familiar y vocacional.
Estudios muestran que células del cerebro que contienen
dopamina se activan entre pacientes ludópatas cuando están jugando, esto ayuda
a explicar por qué hay personas que son adictas al juego.
El núcleo accumbens juega un importante papel en el proceso
adictivo, ya que se encuentra vinculado a la experimentación de recompensa.
Este núcleo cerebral forma parte de la vía mesolímbica, formando parte del
centro de recompensa cerebral. Concretamente es en esta zona donde actúa la
estimulación, produciendo un aumento en los niveles de dopamina cerebrales. El
núcleo accumbens tiene muchos receptores por lo que le llega muchos estímulos y
hay un gran aumento de motivación.
La consecuencia del juego es la dependencia asociada a la
sensación de placer, es en este punto donde se libera dopamina, que es el
neurotransmisor relacionado con las funciones matrices, las emociones y los
sentimientos de placer, lo cual provoca una sensación de bienestar que lleva a
la repetición de estas conductas para obtener el placer como si de un círculo
vicioso se tratara.
Los tipos de jugadores se pueden clasificar en tres grupos:
•
Jugador social:
para él jugar simplemente es una oportunidad para socializarse y divertirse.
•
Jugador problemático: es aquel que trata de buscar la solución a sus problemas sociales a
través de estos tipos de entretenimientos.
•
Jugador patológico: es aquella persona a la que el impulso por jugar se convierte en una
necesidad incontrolable que se acompaña de una fuerte tensión emocional y una
incapacidad, parcial o total, y utilizar un pensamiento reflexivo y lógico.
Tienen un comportamiento destructivo que es alimentado por otros problemas
psicológicos graves.
La personalidad de un ludópata joven se caracteriza por
emociones negativas como el nerviosismo o la preocupación, la ira y la
agresividad. Estos jóvenes tienden también al victimismo y a llevar a cabo
conductas arriesgadas, impulsivas y rebeldes.
En general, según las estadísticas, los jugadores patológicos
presentarán niveles elevados de impulsividad, ansiedad, búsqueda de
sensaciones, depresión, y presentarán una alta probabilidad de padecer un
trastorno de personalidad. La mayoría de los pacientes con problemas de juego contarán
con un nivel bajo de estudios, viajarán en pareja, estarán casados, tendrán una
edad de entre 30 y 50 años y contarán con una fuente de ingresos fija.
Los diferentes síntomas de la ludopatía son la obsesión (pensar continuamente en el
juego), la tolerancia (necesidad
cada vez más mayor de pasar más tiempo en el juego para conseguir satisfacción,
o recompensa decreciente para un mismo tiempo de juego), la pérdida del control (incapacidad de controlar
parar o disminuir la dedicación al
juego) o el síndrome de abstinencia
(produce irritabilidad cuando no se puede participar en el juego).
Una de las claves para prevenir la ludopatía es encontrar el
límite entre el juego sano como actividad de ocio y el juego patológico o
perjudicial, para ello son necesarias la información y la comunicación.
Encontrar alternativas de ocio y mantener una vida ocupada también puede ser
una forma de prevención.
El diagnóstico de la
ludopatía es posible a raíz de las consecuencias y síntomas del juego
patológico. La espiral comienza con tener problemas con el juego, lo que
acarrea problemas económicos y sociales, que a su vez desencadenan una serie de
problemas psicológicos, como trastornos de ansiedad y depresión.
Si te sientes identificado con alguno de
estos aspectos, no tengas miedo y da el paso, los especialistas pueden
ayudarte.
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